lunes, 2 de junio de 2008

De cuando venías


Te vi crecer junto al sueño de que estuvieras ahí,

y comencé a creer que me salvaría el amanecer de tu vida.

Construí castillos mientras escribía tu venida,

y mi mano fría buscaba tu calor que ya imaginaba…que no llegaría.


Porque cuando todo comenzaba a configurar lo inesperadamente hermoso,

el sendero que elegí cuando no te esperaba

volvió a castigarme y a robarte de mis brazos cuna.


Yo tenía un cuento que contarte,

tenía mis espadas ya cansadas,

un corcel imaginario,

muchos miedos para vencer contigo.


Tenía un beso cada noche,

la estufa prendida en las mañanas,

una palabra tranquilizadora por las noches,

un helado de domingo en los veranos.


Tenía una lágrima para cuando crecieras,

un pecho abierto para cuando creyeras,

las manos de algodón para cuando perdieras,

un silencio eterno para cuando te fueras.


Y todo se torna tan triste,

ahora que todo lo encierro en el baúl de lo imposible.