martes, 22 de julio de 2014

Clave en monoverso para un hijo

Recordarme de nuevo en el eterno retorno. Transitar por cartografías ya recorridas. Elaborar los mismos duelos, enfrascarse en el mismo frasco. De vaso en vaso, de resaca en resaca. La mirada transita los paisajes de las pesadillas vivientes. Maldito de nuevo en la pluma: el síntoma por excelencia. Maldito de amaneceres dolientes y anocheceres violentos. No sabré donde se termina, pero se dónde se empieza. Duele todo en el barco de siempre, el de las velas a la deriva. Miro desde la escotilla, y la sal del mar pide con hambre mis venas. Rehuyo y pienso. Lanzo una carcajada y evito. Miro tus ojos de futuro y resisto. No sé como empezar a explicarte, pero se cómo termina. Silencio.

sábado, 22 de marzo de 2014

Los Ejércitos Vencidos

Los ejércitos vencidos ya no retornarán a casa. Los paraliza la inmóvil brisa del canto de los futuros que no llegaron. Se entremezclaron, se bendijeron, se infirieron un disparo en el centro de las certezas. Levantaron la copa pero no bebieron. Los arreboles que sangran en mi ventana, vienen a recordar pasados días de gloria. El viejo y barato reloj de la pared se mezcla con el silencio observante. El tiempo avanza sin tregua camarada. Los ejércitos se burlan de mi cuando les pido preparase a la batalla.