Me atrevo a decir que duele desde el mar al hueso,
desde la infancia al sueño,
del escondite a la certeza,
desde la pobreza al beso.
Duele desde todas partes
y hacia el todo que es nada.
Duele creer que ya no duele
mientras mastico el vino tibio.
Duele que hayas venido de una forma,
duele que te quedaste de otra.
Duele porque estás y estás ausente,
duele porque estás y no quieres venir.