lunes, 2 de febrero de 2015
Hay y Ay Atardeceres
Hay atardeceres sangrantes,
magnánimos,
con más poesía que la mirada y media que me lanzaste
justo antes de tu hasta luego definitivo.
También los hay distorsionados,
ebrios,
completamente borrachos de los días que nunca vendrán a devolverme la hermosa nada que abrace algún día.
Pero también hay de los que llamo los Ay! Atardeceres!.
De esos tan vacíos y llenos de sin sentido,
como los versos que anteceden a este pésimo remate
de lo que pretendió convertirse en un poema.
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