viernes, 6 de febrero de 2015

La caída

Que malos versos brotan por estos días. La incertidumbre de la nada, ayer cálida morada, hoy abofetea la espera y la expectativa, tuerce la sonrisa y exilia el llanto. La pausa de mi altazor ha llegado a su fin. Se ha reanudado el descenso, la caída inconclusa abraza mis demonios. Y ellos danzan extasiados, se entremezclan y van por mi alma. Los fantasmas me fusilan. Las miradas me atraviesan. La carne se me encoje. Las manos me tiemblan. Un violín me desgarra las entrañas. La rabia me desnuda. Y los arreboles, los malditos arreboles, siguen esperando mi sangre hasta el fin de los días.

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