domingo, 13 de enero de 2008

Principio de incertidumbre

Es imposible efectuar mediciones simultáneas de la posición y velocidad de una partícula con precisión infinita. Esto es lo que la física cuántica denomina Principio de Incertidumbre y fue descrito a través de estudios con electrones.

Pero, ¿que hay de lo “humano” en los fenómenos físicos? ¿No es acaso esta descripción aplicable al comportamiento humano?. Mas específicamente, ¿no es acaso este principio aplicable al ámbito de las emociones, de las relaciones?.

Me parece que si bien en ocasiones podemos observar e identificar la emoción que está en el trasfondo de nuestras acciones, nos es difícil observar como determina el movimiento (o espacio de posibilidades en palabras de Etcheverría), y por tanto, desconocemos la velocidad que gatilla en el comportamiento. Como la culpa retrasa los duelos, como en ocasiones la euforia dificulta la empatía y, por tanto, retrasa el llegar al otro. Sin duda, la lista puede extenderse mucho más.

El rodeo de los tres párrafos anteriores es para llegar a donde siempre. Al electrón para quien me importan estas reflexiones. Esta pequeña y compleja partícula que habita en el universo y que soy yo mismo.

El principio de incertidumbre me obliga a una elección: saber adonde estoy ó saber hacia donde me muevo. Que hacer ante ello. Hasta ahora creo que me he dedicado ha saber donde estoy. La poesía me ha ayudado a hacer descripciones bastante detalladas de mis estados emocionales. También me ha permitido, en cierta forma, saber hacia donde quiero ir, pero no hacia donde efectivamente me muevo.

El movimiento es una de las falencias de este electrón. Como describí en Como en las películas, mis movimientos han operado bajo la lógica del Eterno Retorno, es decir, en órbitas cerradas donde las escenas se repiten. A raíz de ese escrito un Ángel me dijo “La diferencia entre las películas y la vida real es que en la vida real podemos cambiar el final”. He ahí el principio de incertidumbre: la posibilidad de elegir por el movimiento. La conciencia de los círculos cerrados, de lo que “siempre pasa”, lo que “siempre hacemos” nos permite dejar de lado el saber a donde estamos. Porque simplemente desde la lógica del saber donde estamos no priorizamos el movimiento y nos dirigimos inexorablemente a inicios y finales repetidos. Sin duda, esto es necesario. Pero si ya sabemos que serán círculos cerrados ¿Por qué no elegir por el movimiento? ¿Por el hacia donde me muevo?

Volviendo a la descripción física, si elijo medir la velocidad del movimiento me concentro en el cómo expandir la órbita, y así desde esta lógica, en el donde quiero llegar. Ni siquiera cómo, sino dónde.

La papelera de reciclaje comienza a amontonar frases como ¿Por qué siempre hago daño? ¿Por qué siempre me hacen daño? ¿Por qué no puedo sonreír?. Y muchas otras más.

Darle el paso a lo que sueño y lo que quiero y simplemente atreverse a vivirlo.

Para el Ángel, tanto como para mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces la soledad pega tan duro que uno internamente siente los golpes, y hay momentos en los cuales no puedes librarte de eso, sientes una opresion en el pecho y por poco quieres echarte a llorar, pero te das cuenta que esa no es la solucion, lo mejor es seguir viviendo y disfrutar de todo lo que te entrega la vida, toca re-buscarle el lado positivo a las cosas.
Lo peor de todo es que muchas veces uno mismo se busca esta soledad, al enfocarse demasiado en ciertas cosas que incluso inconscientemente nos afectan, para llegar a este punto de abstracción imaginate cuantos momentos de soledad he tenido que pasar, cuando dias de sentirme hecho trizas, pero tambien aprendes a que siempre la cosa solo puede mejorar. angel

Omar Cid Maureira dijo...

mmmm, también podria ser cierto que podriamos preguntarnos por que? queremos volver una y otra vez?, qué no nos hemos perdonado, a quien no hemos perdonado?; y asi, por que no declaramos que nos queremos, sonreir aunque sea a la fuerza, para crear el musculo sobre el esqueleto de tristeza, porque o sino estariamos muertos, (sonreir humor creatividad reinterpretación posibilidades salida); como dijo echeverria no es tanto lo que nos pasa, sino como lo interpretamos. Bienvenido a las vueltas, que son expansivas, a la espiral, ojala tengas tu momento puedes ascender en tu paracaidas y puedas volar.